“Estoy contento por todos y cada uno de ustedes porque me acompañan en este momento que es importante en mi vida. Vengo a presentar y entregar al Señor esta obra de mi servicio. Servicio pobre, ilimitado, pequeño y corto en el tiempo. Pero en el que he tratado de amar y servir a esta Archidiócesis de Santiago que se me encomendó. He tratado de amar y de servir a cada uno de ustedes y a todos los feligreses de esta archidiócesis”, expresó el Arzobispo de Santiago saliente Cardenal Aós, en su homilía de despedida el sábado 18 de noviembre.
El Nuncio Apostólico en Chile, Mons. Alberto Ortega; obispos auxiliares; Cardenales eméritos; Obispos de otras diócesis; el clero; fieles y otros, se reunieron en la Catedral Metropolitana para agradecer la conducción del Cardenal, estos últimos cuatro años.
Andrea Idalsoaga delegada episcopal para la Verdad y la Paz del Arzobispado, presentó unas palabras de agradecimiento, destacando el camino recorrido en estos últimos años.
“No fue una tarea fácil. Vino de estar a la cabeza de una pequeña diócesis nortina a hacerse cargo de la arquidiócesis más grande del país, con todas sus luces y sombras. A los pocos meses de iniciar su servicio como administrador apostólico, llegó el recordado 18 de octubre (…) En enero de 2020 tomó posesión como arzobispo de Santiago y dos meses después, en marzo, se desataba en nuestro país la incertidumbre de una pandemia desconocida para estas generaciones. El COVID fue un desafío social y pastoral, donde nuestra Iglesia de Santiago abrió sus puertas para acoger enfermos, dar alimento a quienes no les llegaba, entregar vacunas y acompañar a los difuntos que morían solos, que sus familias tampoco podían acompañar en su funeral”, indicó.
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Fuente: Iglesia de Santiago